Studio AYMAC cumple 9 años y queremos agradecer, de corazón, a quienes han acompañado este recorrido: quienes ven nuestras historias, quienes creen en ellas, pero sobre todo, quienes las han hecho posibles. Cada proyecto ha sido el resultado de muchas voluntades trabajando al unísono, una cadena de talentos que ha puesto técnica, sensibilidad y visión al servicio del relato.
AYMAC nació del impulso creativo y transformador de May Mc’Causland, fundadora y CEO, y de la visión compartida con Gustavo Angarita Jr., cofundador, cuya semilla fue clave para consolidar la identidad del estudio. Desde entonces, esa visión ha sido sostenida y potenciada por un equipo legal, contable, creativo y gráfico que ha hecho posible que la estructura del estudio crezca con propósito. Gracias a quienes sostienen el día a día —Julia, Liliana, Maritza, Elizabeth, Zara y Aolani— seguimos contando historias que cruzan fronteras. Cada persona ha aportado una pieza fundamental en esta construcción colectiva.

(Estos son los rostros de algunos de los creativos y colaboradores de nuestro estudio)
Entre las obras que han marcado nuestro camino, el proyecto transmedia “Denominación de Origen” ocupa un lugar especial. Nació junto con el estudio y nos enseñó la importancia de crear con y para la comunidad. Nos llevó al Pacífico colombiano, donde estuvimos instalados por años, recorriendo más de 35.000 kilómetros, tejiendo lazos con liderazgos locales, parteras, sabedores y artistas. De allí han surgido relatos como “Arrullando”, “La sombra de tu sonrisa”, “Kintsugi”, “A destiempo”, “La Bestia”, “Metro”, entre muchas otras que han tocado corazones, obtenido premios y abierto nuevas rutas para la creación.
Casi una década después —atravesada por retos como una pandemia global— AYMAC se ha consolidado como un estudio resiliente y comprometido. Hemos colaborado con más de 1.000 personas: técnicos, artistas, guionistas, directores, productores, asesores, inversionistas, coproductores, proveedores y aliados estratégicos. Cada uno ha sido parte esencial de ese engranaje que convierte una idea en una historia que se realiza y se comparte, pero también en una experiencia que deja huella.
Este aniversario nos recuerda por qué hacemos lo que hacemos: creemos en el poder de las historias y en que las obras crecen gracias a la colaboración. Desde esa mirada, hemos cruzado fronteras, tejido alianzas y consolidado coproducciones que han enriquecido tanto nuestra práctica como la de quienes han trabajado junto a nosotros.
Y porque compartir también es aprender, queremos dejar a quienes nos leen un resumen de los cuatro aprendizajes que han guiado nuestro camino:
1. Las historias crecen gracias a la comunidad.
Ninguna idea se fortalece sola; se nutre cuando se comparte, y al hacerlo, encuentra su público en cualquier rincón del mundo.
2. El talento necesita estructura.
La creatividad florece cuando hay planificación. Trabajar con metas y roles claros da dirección. La improvisación sin foco desgasta más que impulsa.
3. La confianza es tan importante como la creatividad.
Sin confianza, los procesos se estancan. Esta se construye con diálogo honesto, acuerdos claros y respeto mutuo.
4. Escuchar al talento técnico y creativo mejora los contenidos.
Aunque la dirección tiene la última palabra, escuchar a quienes construyen el proceso enriquece la visión y genera mejores resultados.
Hoy celebramos a cada persona que ha sido parte de esta historia. Nueve años después, mantenemos la certeza: las ideas no crecen solas, las historias no se cuentan en solitario, y ningún logro se consigue sin un equipo.
Seguiremos creando contenidos que transformen, conecten y eleven voces. Porque en Studio AYMAC creemos que todo lo que se imagina es posible.
¡Gracias por estos 9 años de creación colectiva!
¿Eres creador, inversionista o parte de un equipo listo para dar vida a nuevas historias? Escríbenos. Hagamos que nuevas ideas encuentren su camino.
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