Me gusta el tema del afecto, me parece que  en cuanto a las relaciones no terminamos de resolver acerca de cuál es la mejor manera de vincularnos con el otro. Reflexionando sobre este tema, escribí el libro de cuentos La noche en que estuvimos tan cerca», donde se cuentan historias que tienen que ver con la realidad, algunas me las contaron, otras me sucedieron a mí. Cuando el libro se hizo realidad, empecé a imaginar lo que sería convertir alguno de estos cuentos en cortometraje. 

Me hice la pregunta acerca de si quería hacer una versión ajustada a un cuento o una adaptación libre tal como sucede en la película Blow Up» de Michelangelo Antonioni basada en el cuento Las babas del diablo» de Julio Cortazar donde la historia cambia. Entonces pensé que quería ser fiel al cuento Pastillaje».

Varios de los cuentos que reúne el libro La noche en que estuvimos tan cerca, son susceptibles de ser adaptados a la pantalla porque cuentan con descripciones que fácilmente se pueden visualizar para escribirlas como guion. En este panorama, el cuento que más llamó mi atención para plasmarlo en un cortometraje fue Pastillaje, pues muy pronto imaginé lo que sería su estética teniendo en cuenta lo que era mostrar el trabajo del pastillaje, sus flores delicadas en tonos pasteles, las figuras de azúcar sobre las tortas, junto a las manos de las mujeres elaborando la pasta dulce, la ambientación de la casa de Alita, la madre de Ana, donde todo está perfectamente arreglado bajo el lema de cada cosa en su lugar y un lugar para cada cosa, aprendido desde pequeña. Y poco a poco los personajes fueron tomando forma, se empezaron a convertir en personas más reales con una edad y fisonomía concreta que pasaron a ser representados por los actores que se escogieron en  el casting. 

En el casting he tenido una sensación muy especial al apreciar que nuestros personajes transmiten las emociones particulares de su manera de ser, en ese mundo de ficción que se ha creado. Las señoras del pastillaje tienen una personalidad diferente y cada actriz escogida encuentra las sutilezas del carácter de cada mujer que representa. Ana se encuentra en un momento de su vida muy diferente al de ellas.

Alita, envuelta en la dulzura de las tortas que prepara y el pastillaje que elabora, advierte que algo le pasa a su hija, pero no es capaz de abordarla directamente, de preguntarle si se siente mal. Solo trata de acercarla hacia sus labores con su grupo de amigas que se reúnen a trabajar en el pastillaje, donde conversan, comparten sus historias de amor, dándose consejos entre todas, queriendo encontrar el remedio que alivie las penas de cada una. Ana las escucha hablar sorprendida de esa alta dosis de realidad que ellas tienen, inmersa en el silencio de su dolor y soledad, se sorprende, pero le sirve escucharlas y tener su cálida compañía, para superar su duelo.

En el guion de Flores de Pastillaje, se ha mantenido la esencia del cuento. La historia y los personajes son los mismos. Se ilustraron algunas situaciones que en la literatura a veces son muy concisas y que en el cine necesitan plasmarse en diálogos o acciones, debido a que en la pantalla todo pasa a ser visto y escuchado en su lenguaje audiovisual. 

Ha sido un buen ejercicio el de adaptar el cuento a guion, y mejor aún va a ser el de realizarlo como corto porque la historia va a tomar vida, lo escrito alguna vez en el papel, va a desenvolverse en un espacio real, las locaciones escogidas, y las actrices hablaran siguiendo las líneas de los personajes descritos en el guion, y será posible ver a Ana y su madre Alita, junto con sus amigas del pastillaje, en esa intimidad tan femenina que nos seduce a todos y nos invita a conocerla.

 

Beatriz Libreros Caicedo

Comunicadora social de la Universidad del Valle, periodista de “El Espectador”. Estudió cine en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños de Cuba y en Nueva York. Escritora del libro de cuentos La noche en que estuvimos tan cerca” al que pertenece “Pastillaje obra de  la que deriva su primer cortometraje “Flores de Pastillaje”.