Si pudiéramos viajar en el tiempo tal vez unos 40 años al pasado (1985), cuando el rey de los formatos de vídeo era el 4:3 en nuestros televisores y apenas acostumbrandonos al 16:9 en los teatros, el pensar en experimentar con la narrativa y el aspecto de los videos era imposible. 

hagamos el mismo ejercicio mental y volvemos apenas unos 10 años atrás, con smartphones y videocámaras personales, con un YouTube que llevaba apenas unos años y  en que se veía con recelo por los profesionales el producir contenido corto para esta y otras redes, viéndolas como un juego para quienes “graban sin arte alguno”. 

Si revisamos ambos escenarios,veremos aspectos que los hacen parecidos. Hemos vivido un cambio en acceso a tecnología, conocimientos, y por supuesto en la forma de obtener ganancias usando las redes sociales, que antes parecían ajenas a nuestro trabajo con narradores de historias, cambiando la forma en que nos relacionamos con el contenido vertical y de corta duración. 

¿Cómo el uso del celular ha cambiado la forma en que vemos lo que vemos?


Negar que el smartphone ha generado un cambio en el público y por ende en el negocio audiovisual sería intentar tapar el sol con un dedo.  Llevamos con nosotros una pantalla que cabe en la palma de la mano y es, hoy en día, donde ocurre el  75% del consumo total de videos ( Embryo, Vertical Video Stats)) . 

Como era de esperar,  la forma en que se usa y sostiene el celular abrió la puerta para el desarrollo del formato vertical, que resulta ser la forma más cómoda para ver videos en pantalla completa;   que si, se puede girar, pero ¿ quién que esté de pie en el transporte público o haciendo las compras lo hace con gusto?  El 94% de las personas seguirán sosteniendo su dispositivo de la misma forma, aunque el contenido esté creado para verse en horizontal (Embryo, Vertical Video Stats).

El formato vertical, no es solo una adaptación, es otra forma de contar la historia.


Quienes realmente entienden este tipo de producciones, aprovechan las características del formato, explorando nuevos encuadres y aprendiendo cuáles son los géneros que mejor funcionan en el tiempo y dimensiones  que exigen las plataformas que prefiere el público. 

De la misma forma en que descubrimos que el cine y la televisión requieren de un lenguaje diferente, con códigos visuales distintos y tiempos, que reflejan lo que el público busca y pide, hemos develado lo mismo en cuanto a los contenidos para móviles.   

Esto no es un asunto trivial, sobre todo cuando muchos creadores de contenido con múltiples canales, siguen pensando que es suficiente con adaptar sus piezas tradicionales a las dimensiones requeridas, sin tomar en cuenta que la estrechez de la pantalla y la forma en que se maneja requieren de un lenguaje distinto. 

Para crear estas micro piezas (la duración promedio es de entre 1 a 4 minutos por  capítulo cuando hablamos de series) con calidad, es necesario escribir  el guion, hacer la escaleta, crear el storyboard y pensar los movimientos específicamente para  9:16 que es el aspecto más común para celulares. 

Aunque el origen de este formato venga de la mano de los smartphones, de los que conocemos de sobra las capacidades que pueden llegar a tener,  es clave aclararlo:

 Grabar en vertical no significa grabar con el celular. 

Hoy en día, existen producciones verticales realizadas con cámaras profesionales, óptica cinematográfica y equipos de alto nivel técnico. El formato no determina la calidad: la narrativa y la intención lo hacen.

Latinoamérica: terreno fértil para el 9:16


Con la productora hemos llegado a lugares donde  el alcantarillado y los servicios públicos son escasos o inexistentes, el internet de fibra óptica y alta velocidad no existe, pero lo que sí hay es celulares. Esta es una realidad que no solo vive Colombia sino que es compartida por Latinoamérica y muestra el  alcance que puede tener un producto de este tipo pensado y trabajado de la forma correcta y respetando al público.

En la región países como México, Colombia y Argentina ya desarrollan micro-series en 9:16, campañas de branded content narrativo y proyectos educativos diseñados exclusivamente para entornos móviles. Casos como “Última Canción” (Colombia), una serie creada específicamente para narrarse en WhatsApp, o los contenidos verticales producidos por Los Notros (Chile) para TikTok y plataformas OTT, demuestran que está surgiendo un ecosistema donde la serialidad corta, la emoción inmediata y la estética nativa del móvil son claves para captar audiencias.

Nuevas oportunidades de creación y financiamiento


Este cambio también está transformando los modelos de monetización y distribución. En China, uno de los pioneros de las micro-novelas, esta industria  ya generaba 5000 millones de dólares al año en 2023 , con expectativas de seguir creciendo; plataformas digitales, fondos públicos y espacios de formación comienzan a incluir “formato vertical” como una categoría de producción legítima, no como un subproducto del horizontal. Esto abre oportunidades para creadores, productoras e instituciones que apuesten por contenidos mobile-first.

En Colombia, por ejemplo, hay nuevas convocatorias y programas que  están reconociendo el valor de los formatos verticales y digitales como Smartfilms, MinTic, Cocrea, Cali en un Reel, entre otras, habilitando proyectos con contenidos en vertical con el foco en la innovación e impacto.

En la reciente edición de MIPCancún, ReelShort, la plataforma líder de ficción vertical en la región. Con un año en Latinoamérica que  ya suma cerca de 40 títulos originales producidos en Colombia, México, Brasil y Argentina (próximamente Perú y España) presentó su convocatoria..

La compañía está aprendiendo rápido que los éxitos globales no siempre funcionan aquí, por lo que prioriza ficciones románticas adaptadas al gusto local. Lo más importante: ha creado una industria nueva que obliga a guionistas y directores a dominar el lenguaje 9:16 y abre puertas reales a coproducciones con productores latinoamericanos.

En resumen: el vertical ya no es tendencia, es negocio serio y oportunidad concreta para la región.

 

Studio AYMAC: apostando por lo mobile-first

Hemos decidido explorar este camino no como reacción al algoritmo, sino como una apuesta por construir nuevas formas de conexión, representación y sostenibilidad dentro de la narrativa contemporánea.

 

 

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